¿Celebrar la Navidad?

¿Tiene sentido celebrar la Navidad?

Se acerca el invierno…  Todas las culturas y civilizaciones que han recibido su llegada con el frío y la nieve han buscado rituales y apoyos para atravesar la gélida estación, para poder sobrevivir.

 

Hace mucho, mucho tiempo, diciembre significaba la desaparición de la caza y los frutos, la obligación de permanecer en la cueva confiando en que las provisiones fueran suficientes hasta llegar a la primavera. Algunos no conseguían ver los primeros brotes y también sobrevolaba el recuerdo de los que murieron en inviernos anteriores. El apoyo del grupo, las historias y canciones en torno al fuego, nos ayudaron a sobrevivir a un clima hostil hasta que la nieve se derretía y la vida crecía de nuevo.

 

Los rituales nos ayudan

Para compensar estas adversidades,  los seres humanos fuimos elaborando rituales para recibir el invierno, para recordar la importancia de permanecer unidos, de pertenecer a un grupo y apoyarnos porque cooperar nos hace más fuertes.

 

Al comenzar la era cristiana, esa ritual de adaptación al medio cogió la forma del “nacimiento del Niño”, como una forma de dar continuidad al símbolo de la llegada de la luz cuando al fin los días comienzan a ser más largos, cuando el solsticio empieza su reinado y la esperanza alivia los meses de larga oscuridad.

 

¿Tiene sentido la Navidad en pleno siglo XXI?

Ahora tenemos luz artificial, calefacción central, naranjas en agosto y uvas en abril. Nuestra supervivencia ya no se ve amenazada en invierno, y entonces ¿por qué seguimos celebrando el solsticio?

 

Quizá las necesidades materiales quedan cubiertas, pero la memoria ancestral es fuerte y otros aspectos esenciales del ser humano siguen necesitando los rituaesl. Vivimos rodeados de gente a la que no conocemos, en ciudades calientes pero poco cálidas, con muchas cosas y pocos afectos. Continuamos anhelando el apoyo del grupo, de la familia y los amigos que nos llaman por nuestro nombre, nos reconocen y nos aman. Y yo creo que mientras esto sea así, celebrar la Navidad (o la fiesta del solsticio, o como quiera llamarse) seguirá teniendo sentido.

 

Berta Pérez Gutiérrez.

www.musicoterapiaymaternidad.es

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