Flores rojas para las mujeres que han trabajado y trabajan por la igualdad de derechos y oportunidades, para las activistas que ponen su fuerza y su energía al servicio de lo femenino.
Flores rosas para las madres, mujeres de regazo infinito, que siembran amor y ternura en el mundo.
Flores violetas para las artistas, las mujeres que escriben, cantan, actúan, pintan, cocinan, cosen, y todo ese largo etcétera a través del que se canaliza la creatividad.
Flores naranjas para las mujeres que cuidan el hogar, que hacen de la casa un espacio nutritivo y confortable.
Flores amarillas para las mujeres emprendedoras, que persiguen sus sueños y los materializan en el mundo, que dejan femenina huella en sus proyectos.
Flores blancas para las mujeres que conocen la violencia por ser mujeres; en casa, en el trabajo, en el paritorio, en la calle… para que su oscuridad se transforme en luz.
¿Cuáles de estas flores recibiría a día de hoy?
Berta Pérez Gutiérrez.
www.musicoterapiaymaternidad.es
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